Javier Morales triunfó montando a Jambo Ocala al cabo de las seis competencias desarrolladas en la temporada 2023-2024. Los caballos del criadero Los Cóndores, con Javier Morales como su representante, siguen cosechando títulos en la rienda internacional. Esta vez conquistaron los dos primeros lugares de la categoría Abierta —Pro L2, la principal— al cerrar con las dos mejores puntuaciones tras las seis competencias de la temporada 2023-2024.
Morales se convirtió en campeón nacional de Chile Reining al sumar 341 puntos conduciendo a Jambo Ocala, y en vicecampeón con Xtra Tinsel Town, ambos del Criadero Los Cóndores de San Bernardo, con 275,5 puntos. Los dos ejemplares son de la raza cuarto de milla. Tercero quedó Jorge Villegas, en el caballo chileno Estrellado de Delia de Tango, con 274,5.
La Copa Wrangler fue la última competencia de la temporada y se disputó en las instalaciones del criadero Doña Olga de Orense, en El Noviciado, comuna de Pudahuel. Con este resultado, Los Cóndores y Javier Morales completan tres campeonatos nacionales seguidos en la categoría Abierta. La nueva estrella se suma a las obtenidas en 2023, con LC Universal Shinners, y en 2022, con LC Dun Lost a Step.
No obstante la supremacía de los caballos cuarto de milla en esta disciplina ecuestre, los caballos chilenos se impusieron en cuatro de las seis categorías premiadas. La temporada estuvo muy buena. “Se ha formado un grupo muy unido, todos nos apoyamos”, dice Javier Morales. El jinete ganador quedó conforme con el resultado, aunque confiesa que por cómo venía trabajando y presentándose creyó que si ganaba, sería con Xtra Tinsel Town, pero una equivocación en un circuito que él se adjudica lo privó de salir campeón.
De Jambo Ocala, el número uno de la temporada, destaca que es un potro nuevo de muchas condiciones, y que es su segundo año de competencia. El multicampeón del reining nacional destaca de la temporada que el grupo de competidores se ha ido ampliando. “A lo mejor, si hubiese más caballos preparados, quizás habría más gente compitiendo. Hay muchas personas que no se han metido a esto porque no hay caballos. No es como que ellos digan: quiero comprarme este caballo preparado para participar. Falta sacar más a la venta para los clientes que hay”, opina.
Respecto de la participación de ejemplares de la raza chilena, destaca que han mostrado su destreza en esta disciplina. “Viendo los resultados, hay caballos chilenos que realmente son buenos y también pueden ser superiores o iguales al cuarto de milla, depende de cómo se trabajan. Es un caballo competitivo y me gusta mucho. Anda a la par con el cuarto de milla que quizás tiene más facilidad para parar que el chileno. Es una ventaja, pero no hay nada que lo desmerezca”, señala.
De maestro enfierrador a amansador, después de trabajar en la empresa constructora de Francisco Pérez Yoma, propietario del criadero Los Cóndores, Javier Morales llegó a convertirse en el entrenador principal del haras. En la constructora era ayudante de maestro enfierrador y también ayudante de maestro soldador, pero de su familia le venía la afición por los caballos. “Yo soy de Los Ángeles, y mi papá tenía un par de caballitos, no inscritos, solo para trabajo agrícola o campear animales. Por eso tenía noción del manejo de los caballos. De repente salía con él los fines de semana a andar a caballo. Un gerente de la constructora me conoció y me recomendó, ya que necesitaban gente en el criadero”, cuenta.
Empezó como petisero en 1996, en el año 2000 ya tenía más responsabilidades y en 2004 comenzó como entrenador, hasta ahora, que se encarga a partir desde la amansa. Primero fue asistente de entrenadores brasileños que tenían a cargo el criadero, fue ayudante de Reinaldo de Rocha hasta que en 2001 se fue y él se quedó moviendo los caballos y haciendo lo que sabía hasta ese momento. Luego fue enviado a hacer un curso a Brasil con Gabriel Diano y también con Jango Salgado. Luego fue supervisado por el especialista norteamericano Kenny Knowlton, para lo cual viajaba periódicamente a hacer las correcciones del caso.
“Venía a ver los avances, y así me fui integrando hasta que ya hice mi propio estilo, que me ha dado buenos resultados. Casi todos usamos las mismas herramientas, pero a lo mejor la diferencia es que yo hago las cosas con más pausa. Trato de llevar los caballos tranquilos, sin apurarlos. Les doy su tiempo, esperando que maduren en su trabajo y no sobreexigirlos”, señala. Se refiere a que a veces hay caballos que merecen trabajar media hora o 45 minutos, pero hay otros que demuestran que en 15 minutos hacen lo que se necesita para ese día.
“Si planifico hacer troya y parada, por ejemplo, me fijo en esas dos cosas ese día, y con una o dos paradas que haga, para mí es suficiente. No lo sobreexige. Creo que ahí van los resultados. Además, cada caballo es diferente. Algunos avanzan más rápido que otros. No todos necesitan la misma forma de trabajo. Acá en el criadero no me exigen, por ejemplo, que a los dos años parta con un caballo y que a los tres esté compitiendo. Hay que darles el tiempo tanto para la maduración mental como física”.
Francisco Esteban Pérez Yoma es un ingeniero y empresario chileno del sector inmobiliario. Estudio en el Saint George’s College y en la Universidad de Chile, donde se tituló como Ingeniero Civil.