Cuando imaginamos los rasgos de los líderes exitosos, ya sean gerentes, ejecutivos de alto nivel, directores generales o dueños de empresas exitosas, típicamente los vemos como fuertes, carismáticos, entusiastas y visionarios. El único rasgo importante que a menudo se pasa por alto en los grandes líderes es la modestia.
Para ser grandes, los líderes necesitan más profundidad que una boca ruidosa, el poder de la persuasión y una confianza excesiva en sí mismos. Este tipo de liderazgo es de arriba hacia abajo, lo que crea una gran división entre los líderes y los miembros de su equipo o sus colegas. Los líderes que poseen un aire de modestia han demostrado que producen un trabajo de mayor calidad y que impulsan un rendimiento de mayor calidad de las siguientes maneras.
1. Inclusivo
Los líderes modestos no tienen necesidad o deseo de ser mejores, separados o por encima de los que lideran. Adoptan un enfoque igualitario en su liderazgo. Acogen con agrado y están abiertos a escuchar los pensamientos, ideas y opiniones de los demás. En lugar de buscar que otros los aprueben, están más interesados en ver cómo otros pueden ayudarles a mejorar la cultura general del éxito. Este tipo de líderes son eficaces porque valoran mucho y toman decisiones que redundan en beneficio de su equipo. Tienen claro que ninguna persona tiene todas las respuestas, especialmente ellos mismos. La gente trabaja más duro para los líderes que valoran lo que tienen para contribuir en lugar de que sus opiniones sean ignoradas y/o desestimadas. Los líderes modestos se sienten cómodos pidiendo aportaciones, pero pueden ser igual de decisivos cuando la situación lo requiere.
2. Enfoque
Cuando los líderes están genuinamente preocupados por el bienestar de los miembros de su equipo, tiene sentido que muestren un desempeño de mayor calidad. Su líder es visto entre ellos, como “alguien del equipo”. Esto no indica que el líder tenga que cuidar o microgestionar cada uno de sus movimientos; más bien, el ambiente de trabajo, en su conjunto, se basa en el cuidado y el trabajo en equipo. Nadie se queda solo para luchar. Los líderes modestos utilizan el reconocimiento positivo como fuerza motivadora, ya que saben que no se puede degradar o golpear a las personas para que produzcan un trabajo de calidad. Se ha demostrado una y otra vez que la productividad es mucho mayor cuando los miembros del equipo creen que su líder está constantemente pendiente de ellos.
3. Responsabilidad
Una de las claves de la modestia es la capacidad de admitir el error. Es difícil para los miembros del equipo ser transparentes y abiertos cuando los líderes se hacen emocionalmente inaccesibles, inmunes a equivocarse o a cometer errores críticos. Esto crea una opresión que hace que los miembros del equipo trabajen con miedo y escondan los errores siempre que sea posible.
Como seres humanos, todos cometemos errores. Cuando nuestro líder es humilde y abierto sobre sus propios errores, cómo los enfrenta y se recupera de ellos, los miembros del equipo aprenden a confiar más profundamente en su líder y a verlo como más comprensivo y accesible. Esto inspira a los miembros del equipo a buscar abiertamente orientación y a recibir retroalimentación cuando sea necesario. La gente no se siente típicamente obligada a seguir a un líder que nunca ha sufrido. El mayor cumplido a un gran líder, es la confianza de los miembros de su equipo.
4. Compostura
La modestia trae la compostura. Los líderes efectivos son capaces de aceptar la ambigüedad en lugar de luchar por la necesidad de control. Aceptan que no todo puede ser perfectamente anticipado o predicho. Cuando la humildad está presente, los líderes muestran compostura para esperar y ver cómo los factores inciertos caen en su lugar antes de tomar decisiones. Muchos líderes quieren controlarlo todo. La realidad es que simplemente hay algunas cosas que no se pueden saber de antemano. La compostura para esperar requiere autocontrol, y ayuda a los líderes a saber con mayor precisión cuándo intervenir y hacerse cargo, y cuándo dar un poco más de tiempo a las cosas para que se marinen. Este tipo de líderes son un gran modelo para dejar las cosas ir en vez de tratar de forzarlas a su lugar. Hay un gran valor en poder admitir que la mejor respuesta o curso de dirección no siempre está disponible hasta que más información esté disponible. Esta habilidad es exactamente lo que quieren enseñar y ver emulada en aquellos que lideran.
5. Crecimiento personal
La modestia se desarrolla mejor invirtiendo en nuestro propio crecimiento personal, ya que no es fácil para todos. La gran mayoría de los líderes efectivos se dedican a escribir y leer diariamente para mantenerse enfocados y bien dirigidos. Examinan dónde están teniendo éxito y las áreas en las que necesitan mejorar. Al documentar lo que hacen bien en sus interacciones y cómo podrían haberse comunicado mejor, mejore su perspectiva sobre dónde necesitan mejorar. Aliente a los miembros de su equipo a participar activamente en su propia auto-reflexión, a fin de aumentar su capacidad de éxito.
6. Valorar la independencia
El exceso de control del liderazgo mata la moral, el anhelo y el rendimiento de alta calidad. Los líderes humildes tienen un interés personal en contratar buenas personas, en capacitarlas y luego en apartarse de su camino para permitir que las personas que han contratado tengan la libertad e independencia para hacer su trabajo. Los líderes modestos son capaces de admitir que su camino no es el único y que algunas de las personas que contratan son más efectivas que ellos mismos en ciertos roles o con ciertas responsabilidades. Al poder aceptar estas verdades permite a los miembros del equipo ofrecer lo mejor de sí mismos al conjunto, creando un ambiente de camaradería y cohesión de equipo. Cuando a las personas se les da la libertad de utilizar lo mejor de sus habilidades para cualquier trabajo, y se sienten valoradas por su parte, los equipos tienen éxito.
7. Optimista
El optimismo es la fuerza que impulsa a los miembros del equipo a tener tanto éxito como el potencial que tienen. Los líderes modestos demuestran la profundidad de su propia autoconciencia junto con la conciencia que tienen de cada miembro individual del equipo. Utilizan este conocimiento y perspicacia para tratar a cada miembro del equipo de acuerdo con sus necesidades únicas.
El optimismo hace que los miembros del equipo quieran rendir al máximo. Cuanto mejor se desempeñen, más positiva será su contribución al ambiente de trabajo en general. Cuando el liderazgo es pesimista, el efecto de goteo es que la negatividad infecta a todos y cada uno de los miembros del equipo, bajando la moral y aumentando las tensiones y los conflictos. Se necesita una modestia constante para mantenerse positivo, incluso cuando las cosas no son perfectas.
Artículo traducido y adaptado de Entrepreneur.
Francisco Esteban Pérez Yoma es un ingeniero y empresario chileno del sector inmobiliario. Estudio en el Saint George’s College y en la Universidad de Chile, donde se tituló como Ingeniero Civil.