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Cómo reconocer a un empleado tóxico y los 3 pasos para enfrentarse a él

Los consejos de este artículo le ayudarán a determinar si despedir o retener a un empleado tóxico es la opción correcta.

Como propietario de una empresa, quiere convertir a sus trabajadores en un equipo de ensueño. Lo ideal es que trabajen juntos con entusiasmo y den un rendimiento de estrella de rock. 

Pero a veces puede encontrarse con un jugador que no está a la altura del resto, o es un empleado tóxico. Cualquiera de ellos alterará el flujo que ha cultivado. Los reconocerá enseguida: cotillean, se quejan, intentan enfrentar a los empleados entre sí y hablan descaradamente de su búsqueda de un nuevo trabajo. 

A veces, un empleado puede estar pasando por un momento difícil en su vida personal. Actuar en el trabajo es de aficionados, pero si este trabajador ha sido un activo en el pasado, podría ser una buena idea discutir su rendimiento antes de tomar una decisión impulsiva. Pero si esta persona se queda, podría tener un efecto desfavorable en otros empleados.

He aquí algunos escenarios que le ayudarán a decidir si debe mantener a un empleado a bordo o darle la patada.

  1. La persona que llega tarde

¿Su empleado quiere estar en su puesto de trabajo o se limita a cumplir con las normas? No todo el mundo aprende al mismo ritmo. Algunos necesitarán una curva de aprendizaje más larga para entender su posición. Tal vez deba pedirle a otro empleado que le sirva de mentor antes de despedirlo de inmediato. El entusiasmo en el lugar de trabajo es difícil de encontrar, así que no abandones a alguien demasiado rápido si llega a tiempo y tiene una personalidad amable.

  1. El vigilante del reloj

Las empresas se enorgullecen de su liderazgo y sus valores. Si un empleado no se enorgullece de su trabajo, puede ser evidente porque mira el reloj o marca la salida en punto. Puede que no hagan un esfuerzo adicional quedándose hasta tarde cuando sea necesario. Puede ser una buena idea hablar con el empleado y elaborar un plan para crear un equilibrio entre el trabajo y la vida privada, formando un medio feliz para el trabajador y la empresa. 

  1. El amante del drama en la oficina

A las personas tóxicas les encanta el drama. Aunque sean muy trabajadoras, también son muy juguetonas. Pueden ver su lugar de trabajo como una hora social. Los chismes son la norma para ellos. Esta persona hace que los demás se sientan incómodos, y su escasa ética laboral puede ser perjudicial para sus compañeros de trabajo. Dado que a este tipo de personas les encanta caer bien, un supervisor podría convertirle en un mejor empleado. Proporcióneles la atención necesaria elogiando su buen trabajo. Esto podría inspirarlos a convertirse en mejores empleados, teniendo así menos tiempo para hacer travesuras.

Antes de decidir, es conveniente que el directivo evalúe la situación. En lugar de tomar una decisión precipitada de despedir a un empleado en el acto, ofrezca primero una advertencia. Una reunión individual con su supervisor puede servir de mucho. O no. Una charla podría empeorar las cosas, ya que un empleado tóxico podría ofenderse y posiblemente tomar represalias. 

Estas son algunas ideas que le ayudarán a decidir si debe despedir al empleado o darle otra oportunidad de demostrar su valía:

  • Comience con un diálogo positivo. Haga saber al empleado lo bueno que ha aportado. Si empieza con una nota alta, puede encender una chispa de entusiasmo en una persona displicente. 
  • Haga saber al empleado que su comportamiento es inaceptable. Si alguien está pasando por un mal momento, puede que ni siquiera se dé cuenta de lo envenenada que es su conducta. Una discusión seria puede ser la llamada de atención que esta persona necesita para cambiar su actitud. Si no, ya sabes lo que tienes que hacer.
  • Pregúntale al empleado cómo va todo. Permitir que se exprese es una gran idea. Puede que no tengan el valor de acudir directamente a ti para hablar de un problema, por lo que dejan que se encuentre. Una conversación de corazón a corazón podría suponer una gran diferencia. Inténtalo y verás qué pasa.

Una mala ética de trabajo puede afectar negativamente a la empresa, pero un empleado dedicado merece el derecho a ser escuchado. Los directivos deberían considerar la posibilidad de celebrar reuniones semanales de personal en las que todos los empleados puedan expresar sus opiniones o preocupaciones. Al mismo tiempo, proporciona al jefe la oportunidad de expresar lo que espera de su personal y lo que pueden hacer para mejorar como equipo. Además, sugeriría dedicar una parte de este debate a celebrar los hitos de los empleados y los logros de la empresa.

Tenga en cuenta que, por muy buen jefe que sea, puede haber un caso en el que deba cortar los lazos con un trabajador inmediatamente. Estos casos pueden incluir el robo a la empresa, la mentira en una tarjeta de control de horas, la trampa para que otros empleados queden mal o el uso de equipos de la empresa para trabajar en proyectos secundarios personales. Este tipo de comportamiento es inaceptable y no debe haber excepciones. 

El despido rápido puede ser a veces la mejor solución cuando se trata de tratar con empleados problemáticos. Pero trabajar directamente con un empleado que tiene potencial para mejorar -y quiere mejorar- puede ser una experiencia gratificante, para usted y para su empresa. 

Articulo traducido y adaptado de https://www.entrepreneur.com/

francisco perez yoma perfil 02

Francisco Esteban Pérez Yoma es un ingeniero y empresario chileno del sector inmobiliario. Estudio en el Saint George’s College y en la Universidad de Chile, donde se tituló como Ingeniero Civil.