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6 Tips para mejorar sus habilidades de liderazgo

El liderazgo es un proceso activo y continuo. Si bien algunas personas pueden ser innatamente mejores para potenciar y motivar a otras, el liderazgo es una habilidad que puede desarrollarse, y que requiere una práctica concienzuda.

En su nivel más fundamental, el liderazgo es la capacidad de mejorar situaciones y sacar lo mejor de las personas. Los mejores líderes fomentan e inspiran a su equipo para que funcione mejor y alcance su máximo potencial. Animan a todos los miembros a hacer oír su voz y sus ideas, independientemente de la autoridad, el cargo o la posición. Si se observan a los mejores equipos de todos los sectores, se dará cuenta de que estos comparten un atributo común: Están formados por líderes.

Cada ser humano es único, cada uno de tiene sus propias motivaciones, prejuicios y neurosis. Así que no es de extrañar que las personas que estudien el liderazgo se centren en el espacio entre esas diferencias. Estos buscan entender el comportamiento y la psicología de las personas. La forma en que los líderes quieren manejar las cosas no siempre funciona para todo el mundo, por lo que los matices y la adaptabilidad son fundamentales.

Aquí hay seis estrategias de liderazgo que son universales, independientemente de la industria o el tamaño del equipo.

1. Diríjase primero a sí mismo

El primer paso para liderar es entender primero como es su estilo de liderazgo. ¿Es usted una persona optimista y extrovertido que disfruta haciendo elogios para mantener la moral alta? ¿O es usted un líder estoico que ordena la calidad y cree que los elogios hay que ganárselos?

Al desarrollar conscientemente su estilo de liderazgo, el objetivo debe ser comprender quién es usted y qué le hace prosperar. Una vez que comprenda sus preferencias, podrá corregir el rumbo según sea necesario cuando hable con las personas de su equipo.

2. Sienta curiosidad por su equipo

Los mejores líderes que he conocido tienen una curiosidad insaciable por las personas que ayudan a hacer crecer su negocio. Interesarse de verdad por los miembros de nuestro equipo nos permite entender qué les hace funcionar. ¿Cómo fue su educación? ¿Qué les gusta hacer cuando no están trabajando? ¿Cuáles son sus objetivos personales fuera de su organización?

Intente conocerlos tanto como estén dispuestos a compartir. Entender las motivaciones de tu equipo te permite adaptar y flexibilizar tu enfoque hacia esas motivaciones y darles un trabajo que les ayude a brillar.

3. Maximizar la retroalimentación para obtener los mejores resultados

Si el objetivo del liderazgo es mejorar las situaciones y las personas, la herramienta que se utiliza no es la crítica sino el feedback constructivo. La forma de desplegar estas herramientas es una función muy útil para motivar a las personas.

Motivar a los demás es difícil, sobre todo en el día a día. El feedback debe darse en el marco de la mejora o el cambio de comportamiento. Si un miembro de un equipo de ventas supera los objetivos trimestrales, no se limite a proclamar un trabajo bien hecho. Ofrezca comentarios que destaquen el tacto y la pericia del oficio, para que se sientan capacitados para continuar con la producción de calidad. Además, si un proyecto sigue retrasándose, proporcione ejemplos directos y tangibles de lo que necesita mejoras y de lo que usted está buscando, para que no haya discrepancias en su mensaje.

4. Abordar las disfunciones de frente

La transparencia es la clave. Toda relación prospera con la transparencia, así que no deje nada sin decir. Abordar los problemas del lugar de trabajo de forma inmediata y directa demostrará que está comprometido con el fomento de un equipo unificado. También es importante no hacer que un miembro del equipo sienta que tiene que defenderse.

Recuerde que el tacto y los matices de su enfoque serán diferentes de una persona a otra, y que hay una fina línea entre ser directo y franco y ser grosero. Si las relaciones fracturadas no se arreglan, pueden tener consecuencias empresariales a largo plazo. Por eso, cuando surja un problema interno, hay que abordarlo y seguir adelante.

5. Establecer prioridades de forma eficiente

Céntrese en el largo plazo y distribuya las prioridades a corto plazo de forma eficaz. Tiene que recalibrar continuamente las prioridades y comprobar el enfoque de su equipo. ¿A qué dedican su tiempo y cuáles son las tareas más importantes de esta semana, o de hoy? Si un miembro del equipo no tiene las prioridades correctas, nuestro trabajo como líderes es explicar el proyecto a fondo y confirmar que entienden los resultados.

Al revisar las prioridades, comience por explicar cuáles son los objetivos a largo plazo, para que puedan conectar los puntos de por qué están haciendo lo que están haciendo. Calibra y recalibra constantemente para asegurarte de que todos están en la misma página.

6. Crear una cultura de alto rendimiento

La excelencia organizativa sostenida se basa en el patrón habitual de que todos encarnen un objetivo compartido y común. Durante las reuniones de todo el equipo, todo debe apuntar a la misión. Como dijo una vez el consultor de gestión, autor y educador Peter Drucker (1909-2005), “La cultura se come la estrategia para desayunar”. Sí, el talento es importante, pero una cultura de empresa que celebra la excelencia en conjunto, gana en conjunto (y permanece en conjunto). Un mensaje común inspirará a todos a remar en la misma dirección.

La búsqueda de la excelencia en cualquier campo tiene un conjunto de rutinas y comportamientos fundamentales, y el liderazgo no es diferente. Ser el mejor líder para su equipo requiere una intención consciente y una práctica habitual.

El liderazgo en 2021 tiene un aspecto muy diferente del que tenía a principios de 2020. Por mucho que sigamos siendo responsables de los resultados empresariales, ahora más que nunca también somos responsables del bienestar mental y físico de las personas que empleamos, y con razón.

Articulo traducido y adaptado de Entrepeneur

 

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Francisco Esteban Pérez Yoma es un ingeniero y empresario chileno del sector inmobiliario. Estudio en el Saint George’s College y en la Universidad de Chile, donde se tituló como Ingeniero Civil.